El proyecto se enfrentaba a varios retos complejos e interconectados. En primer lugar, el objetivo de la intervención era lograr una mejora de la eficiencia energética en un edificio protegido y monumental, donde que cualquier modificación requería el máximo cuidado y respeto por las estructuras originales.
Al mismo tiempo, fue necesaria la implantación de un control termohigrométrico avanzado para garantizar la correcta conservación de las numerosas obras de arte que alberga el Edificio.
También había que garantizar un confort climático uniforme para visitantes, empleados y espacios de eventos y exposiciones. Por último, los sistemas tecnológicos instalados debían integrarse discreta y funcionalmente en la compleja arquitectura existente, sin alterar su estética ni su integridad.


